Lepra: entre el estigma, la discriminación y la detección (2 de 2)

Los pacientes aquejados por el bacilo de Hansen, o lepra como normalmente se le conoce, además de padecer una enfermedad crónica provocada por la bacteria Mycobacterium leprae también enfrentan la pandemia de la COVID-19 que asola a mas de 184 paises, incluido República Dominicana.

Intrusión del coronavirus (COVID-19)

Ante al desafío impuesto por la pandemia del virus SARS-CoV2, el reconocido Programa Nacional de la Lepra, del Instituto Dermatológico Dominicano y Cirugía de Piel “Dr. Huberto Bogaert Díaz” (IDCP), dirigido por el doctor Juan Daniel Periche Fernández, efectuó cambios para garantizar el acceso gratuito especializado a los pacientes diagnosticados, procediendo a suministrarles dos meses de medicación, y adoptaron mecanismos de reabastecimiento sin exposición presencial con objeto de preservar el cumplimiento de los tratamientos.

En similar vertiente, «se mantiene contacto con los pacientes por vía telefonía móvil o correo para programar horario exacto de visita. Aquellos casos que lo requieran pueden acudir a la institución en busca de respuesta a sus dolencias, guardando el distanciamiento interpersonal y las medidas de bioseguridad», orienta el galeno Periche, especialista en venerología y leprología.

Mientras, desde el ámbito internacional la directora de la OPS, doctora Carissa Etienne, exhorta a los países a continuar los servicios esenciales, incluida la lepra, para evitar el retroceso de los avances experimentados, recoge la información suministrada por la oficina con sede en el país para este medio.

Felipe: «no caminaba»; Miguel: «se me doblan los dedos»: Leprocomio a un siglo de existencia

«No caminaba»: Felipe es uno de los pacientes con estancia permanente en el Leprocomio.

Estaba muy delgado. Las laceraciones que tenía en los pies le impedían movilizarse. Se añade una secuela irreversible en el rostro, pues su nariz se encuentra retraída. «Esta enfermedad no es fácil, es muy caliente. Tenía días que no aguantaba la bacteria, es muy sensible, se ´empolla´, no puede aguantar el calor. Yo no caminaba», recuerda Felipe, de 49 años de edad, al hacer referencia a las delicadas condiciones de salud de sus pies por aquel entonces cuando ingresó al Leprocomio desde su natal provincia de Moca. Hoy, cuenta otra realidad.

Miguel, paciente del Leprocomio, presenta pérdida de falanges en sus manos.

Miguel, de 62 años de edad y oriundo de Elías Piña, quien presenta discapacidad permanente en los dedos de sus manos y pies, rememora sobre su quebranto: «Sentía puyones en la planta del pie, en el hospital me dijeron que era azúcar, y yo dije: ´no, pero se me están doblando los dedos, y la azúcar no dobla dedos´. Vine casi muriéndome. No podía caminar, temblaba y pensaban que no amanecería vivo. Y gracias a Dios yo estoy bien fuerte. Tengo dificultades en las manos y en los pies, pero no tengo úlceras. Me siento bien, feliz, mejor que aquí en ninguna otra parte por el cariño que nos dan». Y envía un mensaje para animar a cualquier persona aquejada a buscar ayuda: «vengan, aquí se le da vida a los enfermos».

Nathanael es el paciente en estancia mas joven del centro.

Nathanael, un joven barahonero de 25 años de edad es el benjamín del Leprocomio. Llegó con úlceras en las orejas y otras partes del cuerpo. Antes de ingresar al centro se sentía muy afectado, sólo y abandonado, hoy día eso es parte de su pasado.

A pesar de las estrecheces en las que opera el centro, en estancia permanente albergan a Felipe, Miguel y Nathanael, junto a otros 14 adultos; de forma externa brindan atenciones a 23 personas más, para sumar un total de 40 pacientes. Sus manos solidarias, además, se extienden a los empobrecidos comunitarios de la zona. Muchos de sus pacientes presentan discapacidades permanentes y carecen del apoyo familiar.

Sor Gelen Taveras, directora del Centro Leprocomio Nuestra Señora de Las Mercedes, proyecta que «la lepra en cuanto a cuidado permanente al paciente, desaparecerá. La gente tiene miedo de decir lo que tiene o siente. La mayoría de los casos de discapacidad son personas con mas de 60 años de edad».

El Leprocomio, se fundó en 1922 instaurado por la Congregación Hermanas Mercedarias de la Caridad. Es el único en el país enclavado en Nigua, municipio de la provincia San Cristóbal. Se encuentra a las puertas de arribar a un siglo en el cuidado de pacientes carenciados con lepra y a 51 años de educar, en principio, a los hijos de dichos afectados, a la sazón, rechazados por las escuelas y moradores, tal como narró el doctor Batista en párrafos anteriores.

Peligro evidente

La edificación que les acoge se encuentra en estado deplorable, de ello da cuentas un informe de la Defensa Civil basado en una inspección realizada a la infraestructura declarándola de alto riesgo para sus habitantes y es de conocimiento del Gobierno central.

«Concluir e inaugurar la obra»: una promesa generadora de esperanza del presidente Luis Abinader

Sor Gelen Taveras, directora del Centro Leprocomio Nuestra Señora de Las Mercedes.

Durante la campaña electoral, el presidente Luis Abinader Corona, visitó y prometió a Sor Gelen «concluir e inaugurar la obra», al hacer alusión a la construcción de nuevos dormitorios iniciados a raíz de un acuerdo de colaboración rubricado entre la Congregación y la Embajada de Japón, paralizados en 2018 ante la impotencia de las monjas por el incumplimiento del ingeniero a cargo de los trabajos.

Recientemente, el ministro de Salud Pública, doctor Plutarco Arias, se trasladó al centro comprometiéndose a gestionar la promesa del Primer Mandatario y asignar los empleados requeridos, pues necesitan nueve enfermeras, un médico, cinco servicios generales; asimismo, realizar cambios de designaciones, concluir la infraestructura. Urge además mejorar la difícil situación económica por la que atraviesan. «El Ministro nos propuso la construcción de un centro para cuidar adultos mayores para la provincia, con capacidad para 50 de ellos, y seguir manejándonos como centro de atención para pacientes con lepra», nos detalla Sor Gelen.

Mientras, el Servicio Nacional de Salud (SNS) le había asignado un fondo de RD$205,000.00 mensuales; Promese/CAL cada bimestre provee algunos medicamentos esenciales, sin embargo, una cantidad importante deben adquirirlos en el IDCP y farmacias. Reciben donativos periódicos de generosas instituciones, empresas, ONGs y ciudadanos.

COVID-19. «La pandemia del coronavirus nos obligó a pensionar y despachar una parte de los trabajadores, a establecer rigurosos protocolos de bioseguridad y restringir las visitas para garantizar el bienestar de los pacientes», subraya Sor Gelen, como medidas para responder a la desafiante realidad sanitaria que coloca en mayor fragilidad al centro.

Las Hermanas Mercedarias de la Caridad aspiran concluir una planta física para operar con dignidad; esta tendría un comedor, cocina, cuarto frío, despensa, almacén, vestidor y baños para empleados, 24 habitaciones individuales en dos edificios separados. Incluiría un área administrativa, sala de cura, dos consultorios, farmacia, área de enfermería, lavadero, área de expansión, una garita de seguridad. Además, mueblería y electrodomésticos básicos. Sueñan con una capilla un poco más amplia. Solo dignidad.

Sor Gelen confía en el presidente Abinader. Espera «no se quede en promesa de campaña lo que se puede concluir para que los enfermos de lepra y los demás enfermos vivan con dignidad. Que nos quiten la preocupación de que las instalaciones en cualquier momento se pueden desplomar y caerle encima a cualquier empleado o paciente».

Estadísticas

En 2015, la OMS registró 211,973 casos de lepra en el mundo. En el orbe aun 14 naciones no han logrado la meta, la mayoría pertenecientes a África y Asia. En la región de las Américas, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) reflejó una incidencia de 33.789 casos y para el 2017 se redujo a 29,101.

Los indicadores de salud adecuados para dejar de considerar la lepra como una problemática de salud pública en la ciudadanía debe mostrar una prevalencia a menos de 1 caso registrado para recibir tratamiento por cada 10,000 habitantes. En este sentido, 23 países de las Américas lo han logrado y según recoge la OMS República Dominicana cumplió con la meta al notificar 175 pacientes en el 2019.

La OPS/OMS ha promovido múltiples acciones y mecanismos encaminados a lograr estos objetivos. En 1992 impulsó el «Plan de Acción Regional para la Eliminación de la Lepra en las Américas», ofreciendo cobertura gratuita de tratamiento casi universal vía alianzas estratégicas con Fundación Novartis para el Desarrollo Sostenible. En 2009 comprometió al grupo de países a erradicar la lepra para el 2015; en 2012 formuló el «Plan de Acción para Acelerar el Logro de la Eliminación de la Lepra en Latinoamérica y el Caribe», tendente a reducir la prevalencia descrita en el párrafo anterior. En 2015 implantó la “Eliminación de la Discriminación Contra las Personas Afectadas por la Lepra y sus Familiares”, entre otras iniciativas.

Desafíos

La OPS plantea como principales retos para erradicar la lepra: mantener los progresos obtenidos, eliminar la transmisibilidad de la afección, poner fin a la discriminación, el estigma y los prejuicios, basados en una Estrategia Global contra la Lepra que incluye como pilares fortalecer la apropiación, coordinación y alianzas de los gobiernos; detener la lepra y sus complicaciones; acabar con la discriminación y promover la inclusión, mediante el apoyo de carácter social y económico, eliminar leyes discriminatorias e implementar políticas de inclusión para los afectados.

En República Dominicana, el Programa Nacional de la Lepra mantiene como desafíos institucionales lograr la reducción en todas las provincias y municipios, para posteriormente alcanzar la erradicación de la dolencia.

Autor: Gladis Abreu / vivemasrevista@gmail.com / Foto: pixabay.es

Check Also

3,5 millones de dominicanos con inmunización completa; más de 8,8 millones vacunas contra Covid 19 aplicadas

El país superó los comportamientos de un importante porcentaje de ciudadanos renuentes a inocularse, al …

Deja una respuesta