¿Amor racional o pasión furtiva?

Aprendamos a conocer qué tipo de relación estamos viviendo o viven nuestros jóvenes en la actualidad, pues cualquier momento de  la vida adulta es el ideal para vivir el amor a plenitud.

Aunque el amor siempre ha sido el mismo, la transculturización, el uso que hacemos de él, los mandatos familiares y religiosos, son factores que perpetúan conductas equivocadas o acertadas, que nos hacen pensar que el amor es otra cosa muy diferente a su esencia original.

Para poder comprender el maravilloso mundo del amor, la doctora Ana Luna, especialista en conducta humana, hace referencia a factores que provocan el establecimiento de relaciones de carácter duradero, una característica muy difícil de sostener en la modernidad.

“En cuanto a los jóvenes se refiere, entre los 16 y 20 años, se enamoran de todos y todas los que giran a su alrededor. Es parte de la adolescencia considerar a éste bello, a aquélla más bonita, y rápidamente pensar en que la otra o el otro es mucho mejor. Ya para los 21, van concentrando la atención en una sola persona y ahí permanecen por un par de años”, expresa la especialista.

En esta etapa es natural que nos encontremos con relaciones furtivas y pasionales, que según expresa Ana Luna, no debemos precipitarnos y caracterizarla como promiscuas. “Este tipo de relación forma parte de un periodo de “deslumbramiento” donde no hay compromiso, y todo lo que sucede entristece o da alegría, hay mucha pasión, éxtasis, entrega, discusiones con los padres y necesariamente no implican relaciones sexuales”.

El amor furtivo y emocional, tiende a dejar heridas, aunque en la etapa temprana, el corazón se recupera con facilidad. “Sin embargo, hay jóvenes muy vulnerables que cuando una novia los abandona se desesperan y comienzan a presentar conductas inapropiadas como consumo de sustancias, manipular a los demás e incluso atentar contra sus vidas”, expresa Ana Luna, quien es terapeuta familiar y de parejas.

Entre los factores que influyen en las relaciones sin fundamento se encuentran las familias disfuncionales, con poca comunicación y falta de límites sanos; la baja autoestima, la edad, los grupos de amigos, la moda y las redes sociales y medios de comunicación que presionan a jóvenes y adultos.

Sin embargo, podemos identificar la presencia de un amor verdadero cuando hay compromiso, una buena comunicación y una buena escucha. “También, la confianza es primordial, el respeto, el aprender a ceder, poner límites, manejar la parte sexual con madurez y cuidarse físicamente para mantener el interés”, expresa Ana Luna.

Para ella, las parejas actuales pueden aprender a vivir el amor real sin perder sensualidad. “A todo lo anterior le agregamos el sentido del humor sano, sin burlas ni sarcasmos, la diversión en pareja, reconocer, halagar, regalarse, tener consideración ante las enfermedades, respetar los espacios personales, ser creativos y buscar ayuda cuando se presenta alguna disfunción, instruirse y buscar apoyo terapéutico”.

 

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