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La comunicación fluida y de calidad entre los padres, sus hijos y los profesores, así como una supervisión cercana de los progenitores, son factores vitales para detectar a tiempo cualquier situación que altere el estado de ánimo, el rendimiento escolar y, en general, el comportamiento que suele ser habitual en los niños.
Comunicación entre padres y profesores
En la primera infancia (0-7 años) es imprescindible que la comunicación sea constante, abierta y pormenorizada. Padres y profesores deben hablar a diario sobre lo acontecido en la tanda escolar, ya que ambos tienen que funcionar como un equipo, hablar un mismo lenguaje para la estabilidad del menor. Ya luego se puede ir poco a poco espaciando las conversaciones, y se empieza a utilizar al mismo estudiante como medio, en algunas ocasiones, propiciando la responsabilidad de los pequeños.
Contra ataca el bullying
Por lo general, los niños son indefensos e ingenuos, haciéndose presas fáciles para ser víctimas de acoso y guardar silencio.
Los padres pueden percatarse a tiempo al conversar a diario con los hijos sobre sus vidas, sus acontecimientos, mostrarse interesados en sus actividades y argumentos, esta apertura les permite reconocer cualquier situación peligrosa. También cuando existe un cambio en el estado de ánimo y se hace constante en el tiempo; escuchar expresiones y deseos sobre no querer ir al colegio y no disfrutar su tiempo allá. Los Tipos de bullying suelen presentarse tres modalidades: emocional, social y psicológica. La edad más vulnerable es la pre-adolescencia y puede intensificar en la adolescencia. El temperamento de los niños, en conjunto con otros factores, pudieran ser factores determinantes para ser alguien víctima o agresor.
Propicia la autodefensa de los niños y las niñas
“Es común encontrar progenitores que de forma continua enseñan a sus hijos a no ser agresivos y no utilizar ningún tipo de maltrato frente a sus compañeros, y se ayudan de herramientas como ir donde los profesores para resolver los conflictos entre pares. Se tiende a inhibir completamente la agresividad en los niños, dándole una connotación negativa a cualquier expresión de esta, pero es un error, pues existe la agresividad asertiva que sirve para defendernos ante diferente clase de ataques, desde el plano físico hasta el emocional, nos enseña a poner límites, a identificar personas y situaciones peligrosas para nosotros. Lo correcto es enseñar a contener y controlar la agresividad, para ir aprendiendo a utilizarla a nuestro favor en momentos propicios. Por esto es importante que enseñemos la diferencia a los hijos entre agredir y defenderse”, asevera la psicóloga Sánchez.
¿Cómo deben actuar los padres ante el acoso o bullying?
Los padres se hacen presos de la ansiedad al descubrir que los niños son maltratados por acosadores y surgen inquietudes sobre el correcto proceder. En estos casos, la especialista orienta que “se debe hacer un programa para trabajar con el grupo completo de la clase, no solo con quienes se ha identificado como niños víctimas o niños acosadores, ya que todo el curso (o cursos) de alguna forma participan activa o pasivamente en la situación, por ende amerita la intervención de todos, incluyendo a profesores en contacto y ambos padres de los pequeños afectados. Y no sólo en exploración y educación del tema de bullying, es asumir un compromiso inquebrantable para la prevención antes, durante y después del acoso, y esto se hace a través de programas de prevención con temas de buen trato y valores como la justicia, tolerancia, respeto y diversidad.
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